Logo de la asociación Cittaslow, extraido de https://www.cittaslow.es/
La pandemia sin dudas marcará un antes y un después en nuestras vidas. Miles de actividades se han visto afectadas, y el turismo lamentablemente no fue la excepción. Pero lejos de ser pesimistas, ahondemos más bien en esos cambios que se fueron produciendo y que nos han mostrado otras formas, otros tiempos, y a dar más valor a lo compartido.
Es por ello que el Slow Travel ha tomado un mayor impulso a partir de esto. Si bien era una tendencia que venía tomando protagonismo, hoy en día lo tiene aún más.
Los orígenes de esta modalidad pueden rastrearse a fines de los años 80 en Italia, donde tras el anuncio de apertura de un local de comida rápida frente a una plaza tradicional de Roma, los gastronómicos se levantaron y pusieron en alto los valores de la gastronomía local con el concepto Slow Food. Luego esta idea se extendió al Turismo.
Irse de vacaciones a veces es una carrera por no perderse de nada, al fin del viaje resulta que nos hemos perdido de todo. Porque quien viaja deprisa se pierde de lo esencial de cada lugar.
Podemos mencionar el Ecoturismo, o actividades como el senderismo como claves para este estilo de viajes. Pero hay algún lugar ideal para realizar Slow Travel? Lo cierto es que no. Puede hacerse perfectamente tanto en entornos rurales como en grandes ciudades, el cambio va por dentro, en la manera que percibimos el viaje como primer punto, en los establecimientos gastronómicos que visitamos, los días que tomamos en el destino, el intercambio con los lugareños.
Pero como siempre, los conceptos se extienden a algo más formal, en base a esto podemos mencionar la conformación de la red internacional de Slow Citties. La misma en su estatuto menciona las particularidades que una ciudad llamada como tal debe tener. Ellas son:
– casco histórico libre de automóviles, peatonal.
– la gastronomía se destaca por productos locales.
– ganadería, agricultura y pesca respetuosos del ambiente.
Actualmente la red internacional cuenta con 186 localidades en 28 países.
Dado que ninguna ciudad es igual a otra, la adscripción se divide en tres categorías:
- Pueblo Cittaslow: para ciudades con menos de 50 mil habitantes.
- Partidario de Cittaslow: para ciudades con más de 50 mil habitantes.
- Amigo Cittaslow: a individuos y familias que promulguen principios slow.
Una vez que consigue ser aceptada, la ciudad puede utilizar el logo de la asociación, un caracol naranja que carga sobre su caparazón un conjunto urbano.
Este sello actúa como un certificado de calidad y atracción de un turismo que busca este tipo de destinos. La organización dispone de inspectores que visitan de manera regular a sus miembros para asegurarse de que se mantienen los estándares.
En Argentina, el municipio de Balcarce en su Plan Estratégico Balcarce 2020 puso en práctica los lineamientos generales en una pequeña localidad denominada Villa Laguna Brava. El propósito fue realizar, junto con los vecinos, un desarrollo urbano del pueblo con características compatibles con las del turismo sostenible, enfocado hacia una gestión que respete la integridad cultural y los procesos ecológicos esenciales.
Por su parte, la ciudad balnearia de Mar de las Pampas, en el partido de Villa Gesell, fue la primera en Argentina que se propuso en 2006 ser una comunidad lenta. Pero otra es la historia detrás de esto…
Continuará
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